Los fríos meses de invierno son el momento en que más tiempo pasamos dentro de casa y usamos la calefacción. Y ahora que ha llegado de golpe ¡más! Por eso es habitual que nos encontremos con facturas demasiado elevadas que nos causan más de un quebradero de cabeza.
Obviamente todos necesitamos encender la calefacción para que nuestro hogar sea confortable, pero lo cierto es que podemos hacerlo de una manera más eficiente y más respetuosos con el medio ambiente.
A continuación te apuntamos algunos consejos para aislar tu casa del frío y mantener el calor durante el invierno sin tener que tener encendida la calefacción todo el día.
1. Utiliza cortinas gruesas para evitar que el calor se escape por las ventanas
Hasta un 40% del calor que se pierde en invierno, tiene que ver con las ventanas. Por eso, si ponemos una barrera, como por ejemplo las cortinas gruesas, aislaremos las ventanas y conseguiremos mantener mayor cantidad de calor en nuestro hogar.
2. Instalar aislamientos en las paredes de la casa
Aunque se trata de una obra que tiene un precio elevado y que puede llevar bastante tiempo, lo cierto es que esta solución puede ahorrarte hasta un 45% en calefacción y aire acondicionado y por tanto en la factura de la luz. Con lo cual el coste de la reforma se amortiza a largo plazo.
3. Sella los huecos y grietas por las que pueda colarse el frío
Las grietas y huecos de las paredes equivalen a tener abierta una ventana de 1,5 x 1 metros constantemente. Este tipo de desperfectos son los responsables de la pérdida de entre un 15% y un 25% del calor. Por eso, sellar las grietas y huecos de la casa por las que puede entrar el aire frío hará que ahorres mucho dinero. Y lo mejor de todo es que los materiales que necesitarás para ello son muy económicos.
4. Instalar cenefas en la parte superior de las ventanas
Este tipo de cenefas de porespán que se colocan en los marcos de las ventanas y son una excelente opción para detener el paso del aire frío a la estancia. También puede valer una solución más económica como una barra de madera o plástico corrugado.
5. Controlar la temperatura
Poner la calefacción a 20 grados suele ser una buena temperatura para la mayoría de las personas en invierno, pero si no tienes termostato programable en tu aparato, coloca el termómetro en la sala de estar para controlar la temperatura.
6. Cierra las puertas de las habitaciones que no están en uso
Los muebles absorben el calor del ambiente, por lo que es importante que solamente se encuentre en la habitación en la que estás. Cierra todas las puertas de las habitaciones que no estés usando para evitar que se escape. Además, si tienes un sistema de calefacción centralizado, apaga los aparatos de las estancias en las que no estés.
7. Abre las persianas y cortinas para aprovechar la energía solar
Echa las cortinas durante la noche para que no entre el frío, pero durante el día aprovecha la luz del sol. Los rayos del sol no pueden atravesar el vidrio, por lo que se convierten en calor radiante. Para aprovechar toda esta energía es una excelente idea abrir las persianas y cortinas durante el día, especialmente si tu vivienda está orientada al norte.
8. Envuelve las tuberías de agua caliente en cinta aislante
Para reducir la pérdida de calor del agua mientras pasa por las tuberías, envuelve las tuberías en cinta aislante. De esta forma, la cantidad de energía que necesitarás para tener agua caliente será mucho menor. Además, este material se puede encontrar por un precio muy económico.
9. Intenta mantener el calor en ti mismo y no en tu casa
Aunque resulta obvio, muchas personas prefieren calentar la casa entera que abrigarse adecuadamente. Un jersey ceñido y unas buenas zapatillas pueden hacer ahorrar en calefacción a cientos de personas.
10. Mantén en buen estado tu sistema de calefacción
Para asegurarte de que tu calentador funciona correctamente, es importante que hagas una revisión al menos cada dos años. De esta forma, tendrás la garantía de que está funcionando de manera eficiente y de que no está usando más energía de la necesaria.
Además, mantener los filtros limpios también es fundamental. Incluso si es muy viejo, no está de más cambiarlo por uno más nuevo y más eficiente. Para este tipo de revisiones lo mejor es contratar un fontanero profesional que nos garantice que nuestro sistema de calefacción está funcionando de manera eficiente.
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