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Rentabilidad de minar bitcoins en 2017

Rentabilidad de minar bitcoins en 2017

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Desde hace años, el bitcoin ha generado mucho interés como oportunidad de inversión, y con su subida reciente de valor ese interés se ha reactivado. Normalmente a ese interés le ha acompañado un mito: minando bitcoins podemos conseguir mucho dinero sin esfuerzo. Minar bitcoins, para los profanos, es destinar potencia de procesamiento de un ordenador para realizar cálculos que verifiquen las transacciones de la criptomoneda. A cambio, recibimos una compensación económica en esa misma criptomoneda, canjeable por otras divisas como euros o dólares.
Este mito tiene una nueva variante: "minar bitcoins ya no es rentable, pero con Ethereum queda una ventana de oportunidad". ¿Es así? ¿Sale rentable a día de hoy dedicarse a minar una de estas criptomonedas? Para minar podemos usar nuestro ordenador doméstico, aunque la potencia que lograremos (y por tanto, la posibilidad de obtener un retorno) aumentará a medida que añadamos tarjetas gráficas potentes o directamente placas diseñadas para minar. Para calcular costes y rentabilidad de minado tenemos que tener en cuenta varios aspectos:


  • Precio de la electricidad.
  • Precio de los componentes que compremos para ello.
  • Duración de esos componentes antes de que se queden obsoletos.
  • Cantidad a la que podamos venderlos una vez se queden obsoletos.
  • Hash rate que podamos conseguir con esos componentes. Es decir, la potencia necesaria para el minado.
  • Y por supuesto, valor monetario de la criptomoneda en cuestión.






Minar bitcoins a nivel doméstico no es rentable ni viable desde hace años. A finales de la década pasada comenzó el minado a nivel particular, con ordenadores domésticos. Pronto, muchos empezaron a invertir en comprar más y mejores tarjetas gráficas hasta contar con varias placas y GPUs destinadas a esta actividad, subiendo con ello la dificultad del minado.

Esa dificultad viene dada por el hash rate: la cantidad de hash que podemos calcular por segundo. Un hash es un número obtenido a partir de otro número inicial realizando cálculos. El primero que consigue un hash que cumple unos requisitos se lleva la recompensa. Si el tiempo que tarda en encontrarse es inferior al establecido, la dificultad sube automáticamente. Y al revés, si lleva más tiempo del estipulado, la dificultad baja.

Como el minado consiste en la introducción de números aleatorios para realizar esos cálculos, a mayor número de cálculos por segundo, más probabilidad tendremos de acertar, y por lo tanto, de llevarnos la recompensa. Por eso los recursos cada vez mayores destinados a la minería hicieron que se disparara el hash rate.



La era de las GPUs duró hasta 2013, cuando comenzaron a usarse ASIC ("circuito integrado para aplicaciones específicas", por sus siglas en inglés) hechos a medida para el minado de bitcoins, y además pasó de ser una actividad doméstica a una industrial, con enormes granjas de minado. Estos chips son mucho más eficientes para la minería y maximizan el retorno. También consumen mucha más electricidad y requieren mayor refrigeración que las tarjetas gráficas, así que las granjas se situaron en lugares con energía muy barata, como China (el rey) y Singapur, o muy fríos y cercanos a plantas hidroeléctricas, como Islandia.


El minado doméstico de Bitcoin dejó de ser viable en 2013, con el paso de la era de las GPU a las ASIC y las enormes granjas chinas


Como la minería consiste en competir por encontrar hash, lo cual obliga al resto de mineros a buscar uno nuevo, minar bitcoins desde nuestro ordenador doméstico compitiendo con las granjas chinas viene a ser el equivalente a intentar ganar una carrera a un yate remando desde una patera. Con un colador. No tiene sentido preguntar si sería rentable intentar ganarla comprando un segundo colador, ni siquiera invirtiendo en un par de remos profesionales, porque la infraestructura es completamente distinta.

Llevándolo al terreno técnico, la probabilidad que tiene un minero de generar y sellar un bloque depende de la potencia computacional que tenga para realizar estas operaciones lo más rápido posible. Un ordenador doméstico quizás necesite miles o millones de años en encontrar un bloque si tiene que competir con las mencionadas granjas. No es posible calcular si es rentable este tipo de minado porque, al no haber un retorno, no podemos hablar de rentabilidad.



En algunos foros y blogs especializados en criptomonedas hay artículos que se empeñan en demostrar lo contrario, como uno que aconseja minar desde una Raspberry Pi u otro que propone la compra de un par de máquinas para minar asegurando un beneficio de entre 190 y 200 euros mensuales. Frente a estas cábalas, una voz discordante, la de aTg, un minero retirado que comenzó a minar bitcoins cuando estaban a 3 dólares, en 2011.


"La minería nunca ha sido rentable ni cuando yo minaba bitcoins. Los cálculos hay que hacerlos en criptomonedas, no en euros, ya que si lo haces en euros estás contando con la revalorización. Todo el que te está intentando convencer de la rentabilidad siempre te habla en euros, pero no te va a decir cuántas monedas podría haber comprado en el momento de la inversión en equipos mineros, cuánto valdrían ahora esas monedas, y cuánto ha sacado minando".


En otras palabras, para aTg siempre ha sido más rentable comprar directamente en lugar de minar. "Minando se consiguen menos monedas que comprándolas con dinero fiat". En el caso de las Raspberry Pi, su bajo coste también va aparejado a una capacidad de procesamiento reducida, así que habría que ir multiplicando las unidades de las Pi hasta llegar a esa capacidad equivalente. El consenso está en que las Raspberry Pi están genial como forma de autoaprendizaje y experimentación, pero no para ganar dinero minando.



Hablemos de las mining pools




Otra opción para la minería doméstica es sumarnos a una mining pool, una de las redes de mineros en las que cada uno aporta la potencia de su ordenador para un trabajo colectivo. Sumando la potencia de todos los miembros se consigue una capacidad digna de, al menos, intentarlo. El reparto de ingresos obtenidos con esta fórmula no se hace de forma proporcional entre cada miembro, sino de forma proporcional a la potencia que cada uno ha proporcionado. Algunos de los más famosos son Slush, AntPool, Bixin o BTCC. Precisamente un usuario de AntPool compartió recientemente su experiencia en el subreddit de Bitcoin.


"He usado BFGMiner, que funciona a través de la terminal de Mac. El sistema utilizaba tanto el procesador como la tarjeta de vídeo generando aproximadamente 16 MHs/s. Mi ordenador es un MacBook Pro de 2014, una máquina muy decente para la edición de vídeo. Resultó ser totalmente superada. La mining pool que usé fue AntPool. Solo lo hice por experimentar, no soy tan estúpido".
"Sé que incluso con una Antminer S9 es complicado ganar cantidades reales. De todos modos, comparto esto por si a alguien le resulto curioso. Por cierto, sé que hay calculadoras, pero quería hacer una prueba en la vida real. Después de 33 horas de minería a pleno rendimiento en un MacBook Pro, gané... 0,00000001 bitcoin."


Al valor del bitcoin en agosto de 2017, unos 0,000044 dólares aproximadamente a cambio de minar durante treinta y tres horas seguidas con un MacBook Pro de 2014. Un MacBook Pro puede llegar a consumir a pleno rendimiento, llegando a un caso extremo, 60 vatios por hora, lo cual supone unos 525,6 kW anuales. A precio español, 52,56 euros es su coste energético anual. Con un nivel de retorno idéntico durante todo un año, se obtendrían 0,0000026545428 bitcoins, es decir, 0,01167999999635 dólares. Algo menos de un céntimo de euro. Sin contar con el coste del MacBook Pro, el gasto energético sería más de 2.500 veces superior al beneficio obtenido.



Las 'mining pools' nos permiten obtener ciertos ingresos con ordenadores domésticos, pero son ridículamente bajos y ni siquiera cubren el gasto eléctrico

El minado con ordenadores domésticos, incluso sumándonos a una pool, tampoco es buena idea. Al menos si lo que buscamos es rentabilidad.

Calculemos el precio de la electricidad para un ordenador de sobremesa, en promedio. Un ordenador encendido durante las 24 horas del día, en términos aproximados, consume unos 50 vatios/h. Si le sumamos el consumo de la pantalla hay que añadir unos 19 vatios/h cuando está encendida y unos 0,15 vatios/h cuando está en standby. Para una CPU siempre en marcha y una pantalla encendida durante ocho horas diarias - el resto en standby-, las cuentas semanales pasando los vatios a kWh son:

  • CPU: 24 x 7 x 50 / 1000 = 8,4 kWh.
  • Pantalla: 8 x 7 x 19 / 1000 = 2,584 kWh encendida. 16 x 7 x 0,15 / 1000 = 0,0168 kWh en reposo.

En total, 11,0008 kWh aproximadamente. Con el precio de la electricidad actualmente en torno a los 0,10 € por KwH -tirando por lo bajo, ya que además se depende de la tarifa de cada uno y si cuenta con horas-valle-, se quedaría en 1,10008 euros de consumo energético a cambio de los 0,0078 euros que obtendríamos a cambio. Este es un cálculo rápido y genérico para un ordenador estándar, sin tarjetas gráficas de alta gama dedicadas al minado. Si pasamos a hablar de tarjetas concretas, hay que sacar la calculadora y la tabla. Lo hacemos ayudándonos de los datos de NiceHash:




Los cálculos están hechos con el bitcoin a un valor de 3.625 dólares, en agosto de 2017, y con un precio de la electricidad de 0,10 €/kWh. En el hashrate se ha indicado el algoritmo más provechoso para cada tarjeta. Con esos datos es fácil comprobar cuáles son directamente una máquina de perder dinero si las dedicamos a la minería y cuáles son más provechosas (las Antminer son placas específicas para el minado).

A estos datos hay que añadir otro factor: el precio de cada tarjeta y el tiempo que tardaremos en recuperar la inversión, teniendo en cuenta que hayan sido compradas específicamente para la minería.




Así queda visto de una forma algo más visual, y descartando las placas que no dan beneficios.



Es importante remarcar que los datos de esta tabla hacen referencia a la dificultad de minado actual, la cual se va incrementando con el paso del tiempo. Así que los datos de recuperación de la inversión y beneficio diario irán cambiando a lo largo del tiempo... a peor. A cada semana que pase será más complicado minar, y por lo tanto el beneficio será menor.

Por otro lado, los cambios de valor del bitcoin: si aumenta, podremos ver compensado en parte este aumento de la dificultad. Así, aunque obtengamos menos bitcoins de recompensa, éstos valdrán más dinero en dólares o euros. En cambio, si el valor baja, los beneficios serán menores de lo que iban a ser, y a eso hay que añadir el asunto del aumento de la dificultad. Cada vez menos ingresos.

La clave está en que si solo pensamos en rentabilidad, sigue siendo mejor idea comprar que minar. La minería puede cumplir otras funciones, como saciar la curiosidad o servir de aprendizaje. En términos de retorno de la inversión, la recomendación es comprar.






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